Es complicado cuando los días pesan, 

cuando la existencia duele. 

Cuando la soga aprieta, 

 y es tu mano quién la agarra, y la sostiene con tanta fuerza, que a penas es posible respirar.

Es complicado entender que la opresión que sientes en el pecho no viene causada por ningún factor

 externo, si no que eres tú la causa del atoramiento y el dolor.

No ha sido un camino fácil el llegar hasta aquí, 

y en momentos así.... como este... parece que no haya iniciado el trayecto si quiera.... 

como si siguiera en la casilla de salida.

Me siento un animal herido, al que no han dejado de apalear en ningún instante...y al que nunca he dejado 

descansar, ni curar ni cicatrizar.... nunca paraba de andar...

Y ahora me miro al espejo,

y veo el reflejo de una niña a la que le arrebataron de la forma más cruel 

su paz.

Una niña que desde entonces en su cielo sólo tiene lluvia,

y en su mente sólo ruido.

Veo el reflejo de una mujer que pide a gritos tregua,

que necesita sol,

que demanda silencio.

Veo una mujer abierta en canal, que sangra y supura dolor,

que extraña, añora y lamenta a su niña.

Tuvo que llorar la muerte de su niñez, 

y aún sigue de luto por ello.

Ha continuado el camino magullada,

herida,

abatida, 

reventada.

Ha suplicado de rodillas, 

a viva voz,

y desde el alma,

que su guerra interior cesara, 

y que su niña dejara de atormentarla.




Comentarios

Entradas populares